Perfecto es una palabra complicada. Para la Real Academia Española significa “Que tiene el mayor grado posible de bondad o excelencia en su línea.”, para el argot popular, perfecto es lo opuesto a equivocarse, y para una madre, perfecta es sinónimo de estrés. ¿Eres una madre perfecta?
Pensando en esta hermosa palabra, me preguntaba acerca de su relación con la maternidad, y cuando quieres unir esta palabra tan bien entendida en la vida real como una línea recta, donde todo encaja y todo está adentro de un cuadrado, con una mujer madre, allí es donde las cosas se ponen color de hormiga.
No soy una madre experta ni mucho menos, pero en mi corta experiencia he entendido que la maternidad no es perfecta, o si quieres verla desde otro punto de vista, es perfectamente imperfecta. ¿Por qué? porque lo normal en esta etapa de la mujer, es que ¡en todo eres novata!, si estás embarazada, todos los cambios son nuevos, si tiene 2 años, todos los cambios del bebé y sus famosos “terribles 2”, son nuevos, si cumplió 11 años y está en cambios de pubertad, ¿adivina?, si, ¡todo es nuevo!
Por tanto, ponernos una presión innecesaria de querer ser madres perfectas, lineal y cuadradamente hablando, es absurda. Cuando una mujer se autoimpone esta presión se obliga a sufrir un desbalance emocional y terminas siendo una madre estresada, porque los cambios son tantos y tan constantes, que cuando ya la mujer se siente en zona de confort, viene otro avance evolutivo de su hijo y !pum!, como arte de magia, nuevos cambios para afrontar.
No hay chinchorros cómodos en la maternidad donde puedas estar para siempre; ni siquiera teniendo tu hijo 40 años, eso pudiese ocurrir. Por tanto, hay otras palabras que debes incorporar a tu vida: flexibilidad y adaptabilidad.
EQUIVOCARSE ES DE MADRES PERFECTAS
Equivocarse es de madres perfectas, lo normal es meter la pata y aceptar que soy y sigo siendo un ser en construcción, que voy cambiando a medida que pasan los años, por tanto, mi hijo crece como persona y yo, crezco junto a él de igual forma.
Si consideramos que en la maternidad todo es nuevo, sería positivo que internalizáramos un significado de la palabra perfecto, más amable, espiritual, más divino, más ajustado a nuestras vivencias.
Pensemos un poco más, rigidez y flexibilidad son dos términos que son opuestos. Nos han acostumbrado a que la palabra perfección tiene un peso muy grande de rigidez: -es así y más nada, ¿cierto?
Dice un proverbio japonés:
‘El bambú que se dobla es más fuerte que el roble que resiste’.
Pero la misma vida y la naturaleza nos muestra que no todo es rígido, de hecho. Entre un árbol y un bambú, ¿cuál crees tú tenga más probabilidades de sobrevivir a una tormenta?, acertaste, un bambú. Dice un proverbio japonés: ‘El bambú que se dobla es más fuerte que el roble que resiste’. El bambù tiene la cualidad que todos debemos cultivar, es flexible, pero a la vez, sus raíces son tan profundas, que esa misma firmeza, es la que le da estabilidad. Podemos ser firmes y también flexibles.
La mamá que es flexible se adapta más rápido a los cambios y por ende, disfruta sus momentos sin culpas ni rollos mentales. Así que si deseas ser perfecta, puedes serlo a partir de soltar el control, siendo más flexible, adaptándote a los cambios y viviendo la maternidad en felicidad.
¿Cómo es la perfección desde lo divino?
Sencillo, todo lo que Dios me permite vivir, es perfecto para mí, porque es lo que me correspondía,
¿Cómo lo aplico?
- Si quería parir y terminé con cesárea o viceversa, eso era lo perfecto para mi, lo que Dios tenía en sus planes para mí.
- Si en mi trabajo no me permiten tener dìas libres para llevar al niño al médico, o me cambio de empleo o adapto soluciones que me faciliten la vida.
- Si mi pareja me abandonò en pleno puerperio, busco alternativas para mantener la dinàmica miestras el bebè crece un poco màs.
- Si tú querìas que tus hijos practicaran nataciòn, pero ellos quieren danza y besbol, pues adaptate.
De esta forma la perfección es más humana, me permito fluir con lo que tengo y aprendo en cada paso.
Si te cuesta mucho adaptarte a los cambios, te duelen, te da una incertidumbre que ahoga y te hacen sentir insegura, te invito a que hablemos. Entra a este enlace y pide una primera cita gratuita para saber si te sientes còmoda conmigo en la consulta COACHING EMOCIONAL CON FLORES DE BACH.
Cuéntame tu que otros momentos han sentido que la perfección divina interviene en tu maternidad.
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