La luz tibia de la mañana ilumina la sala en la que nos encontramos y el encuentro se hace más fresco con la brisa y la suave voz de esta mujer. Una profesional de la salud que ha tenido grandes oportunidades de vida y aprendizaje, Belkis Franco, madre y abuela ante todo, pero también emprendedora, terapeuta con terapias complementarias, facilitadora de nacimiento y consejera en lactancia; muchos títulos con un mismo fin, apoyar a las personas a superar sus dificultades emocionales. Así comienza nuestro encuentro con este personaje, lleno de tantas historias de profundo sentir, que no entrarían en un solo libro. Nos reunimos para hablar de su tema preferido, las terapias complementarias.
¿Las terapias complementarias las puede usar una mujer durante el embarazo?
—El embarazo conlleva muchos cambios fisiológicos que tienen que ver con las hormonas, pero también de reacomodo de vida, pues esta se plantea de otra manera en esta etapa. Por ejemplo: si es la mamá, dice: ya tengo un bebé dentro de mí, y si es el papá: ¡ahora soy responsable de ella y del bebé!; y esto les cambia la visión. Ya las prioridades son distintas, se empieza a trabajar desde esos intereses. Pueden tener algún efecto durante el embarazo con los cambios de visión; se pueden usar sobre todo, para trabajar el lado que la medicina no ve. Muchas veces vamos al médico en busca de respuestas, pero hay galenos que sólo abordan la parte holopática y la fisiología. Solo algunos profesionales de la salud están abordando el cómo te sientes, cómo sientes esta noticia, cómo van esos cambios de planes de vida.
Ahora bien, a veces al médico no le da chance de profundizar en el “sentir” y cuáles son los cambios que van a venir en primero, segundo y tercer trimestre. Este espacio de terapias complementarias los ayuda, les da ese tiempo para decir qué siento, qué estoy pensando, qué me genera esta emoción y qué me está generando este malestar o este bienestar -porque las emociones también generan bienestar-.
¿Cuáles son las terapias complementarias que más recomendarías?
—Existen muchas, las más utilizadas son la conversación previa, flores de Bach y masaje de relajación para mamás embarazadas, -que tiene condiciones distintas a una persona en otra etapa-. ¿En qué les ayuda? A que se relaje y se de una hora solamente para ella. Igual pasa con papá, pues ellos también necesitan ese espacio para pensar y relajarse. Como terapeutas les damos apoyo tanto a mamá como a papá, lo interesante de estas terapias es que sueltan lo que hay en su cuerpo, y eso les permite descansar y dejar de pensar en el “tengo que hacer”. Porque “el tengo”, es como el empuje a lo que estamos condicionados todos los seres humanos, y en esta etapa de la vida en la que están más sensibles, “el tengo”, es una de las palabras que más se repiten y les causa tensión y emociones encontradas.
La flor le va a dar la cualidad que ella posee al estado emocional
Las flores de Bach es otra de las opciones en terapia complementaria, simplemente la flor le va a dar la cualidad que ella posee al estado emocional que la persona está necesitando, por ejemplo, donde hay miedo vamos a instalar la confianza, donde hay rabia vamos a poner la aceptación, donde hay negación vamos a instalar la aceptación de la realidad, donde hay muchas dudas vamos a instalar la certeza, donde hay culpa por ejemplo, por el tema de que “yo no quería embarazarme en este momento, esto no estaba en mis planes”, trabajamos el tema de la responsabilidad, porque fue un embarazo no deseado. Para esto y mucho más las flores de Bach tienen sus respuestas.
Por otra parte, la conversación ayuda a que ellos mismos se den cuenta dónde está ese estado emocional que los tiene en malestar y lo hagan consciente, complementamos con la flor, pues ayuda a trabajar las creencias. Hay que hacer consciente, qué está pasando en mi vida en este momento, por qué yo tengo esta reacción o por qué tengo ese pensamiento que se repite y se repite. La confianza de la persona de querer cambiar esos pensamientos y mejorar su ser y su bienestar, se va a transferir al bebé, a la pareja, a donde estén trabajando y en general, a todos sus espacios de vida.
¿Qué pasa cuando alguien le recomienda este tipo de terapias y la persona acude como niño regañado?
—Si la persona siente que no la necesita, hay que ser respetuoso con la creencia de cada quien. Pero, si en algún momento la persona siente que hay un pensamiento que se repite y que genera angustia, miedo o malestar, un recuerdo que me incomoda y llego a sentir impaciencia y hasta rabia, o tengo dudas, pues tengo que tomar una decisión y no sé si es “mejor sí, o mejor no”, ese es el momento de buscar una ayuda, y de buscar la ayuda que tu corazón y tu creencia te indiquen, porque si una persona dice: “no creo en estas terapias”, nada puede pasar, pues su mente genera bloqueos. Por eso, cuando la persona viene obligada, yo le digo que no es el momento y que la terapia no le va a ayudar.
¿Qué caso te ha impactado más y que has sentido que ha tenido una transformación increíble a través de estas terapias?
—En mi experiencia tuve dos casos que me conmovieron muchísimo, el primero fue de una mamá, que venía de una relación conflictiva, queda embarazada y desde un principio decía que no quería ese embarazo, en realidad ambos no querían continuar, ellos decidieron separarse y ella tomó la decisión de hacerse un aborto. En ese momento, la refiere una amiga y la trae a mi consulta. Ya con ella, me dice: “-vine porque mi amiga me trajo”, yo le digo: “no es mi intención interferir en tu decisión” y comenzamos la terapia.
Su amiga la trajo principalmente por un fuerte dolor que tenía en la espalda. Cuando yo comencé a trabajar con ella la espalda, que le dolía muchísimo, ella empezó a llorar y me dice: “¿por qué lloro? Entonces le explico, que en esa zona que estaba trabajando se aloja el miedo, los estados emocionales que nos generan dolor y que los ponemos como una defensa, es el escudo: ¡no me mires! Y desde donde actúa el pensamiento: “el que pega primero, pega dos veces”.
Yo solamente trabajé con ella lo corporal, no le hablé nada y al final cerramos la sesión con la terapia complementaria de reiki. Ella solita decidió volver y se hizo cuatro terapias. En la cuarta terapia me dice: -¿Sabes qué? Estoy cumpliendo cuatro meses y voy a tener a mi bebé porque siento que vino a acompañarme, y si en algún momento la rechacé y le decía ¿por qué me escogiste a mí?, ahora le digo perdóname, yo te recibo, yo estaba confundida, sin pareja… agradezco a tu papá porque gracias a él tú estas aquí, y ahora estamos juntas -porque ya en ese momento ella sabía que era una niña-, ahora voy a tener quien me acompañe.
Yo la acompañé en su parto, y hoy día esa niña tiene 5 años. Ahora que la recuerdo se me eriza la piel y me conmuevo mucho… ¿Qué les puedo decir a quiénes estén en una situación similar?, es simplemente dejarse llevar, soltar el dolor y el miedo, porque muchas veces esa agresividad se debe a tanto dolor y miedo guardado.
Ambos pasaban una depresión por no poder tener bebés
La otra historia es de una pareja en donde ambos pasaban una depresión por no poder tener bebés. Con ellos hice un trabajo muy lindo durante cierto tiempo. Un buen día, esta mamá, en ese período que estábamos con las terapias, comentaba que se sentía muy mal y fue al médico pensando que tenía gastritis, fue a consulta y el doctor le dijo: -le voy a referir con el obstetra porque no parece ser gastritis. Adelantándose a los acontecimientos, ella se hizo un examen y estaban embarazados. Esta pareja dice que esa bendición tuvo mucho que ver con las terapias.
Yo también lo siento así, porque ellos trabajaron sus miedos, sus frustraciones, su nivel de autoexigencia, ella le exigía a él y él le exigía a ella; esa lucha de quién puede más y quién llega primero los mantenía con mucho estrés, y esa era una de las causas por las que no se embarazaban. Decidieron bajar la guardia, replantear su vida, sus metas y sus prioridades, y gracias a eso hoy disfrutan de un bebé de tres años. Esas experiencias fueron muy importantes y le doy gracias a Dios haberme permitido estar en esos momentos y haber aportado mi granito de arena con las terapias complementarias que trabajamos. De ellos aprendí muchas cosas.
¿Qué efecto ves con la combinación pareja, embarazo y estrés?
—La vida de nosotros en medio de una ciudad como Caracas es muy compleja, no es lo mismo vivir en el interior del país, pararse a las 6:30 am y salir tranquilos al trabajo, que pararse más temprano con estrés porque hay otras condiciones. Eso tiene una influencia en la vida del ser humano, y esos componentes emocionales muchas veces hacen un efecto de fricción en la pareja.
Yo siempre les digo en los cursos y en las consultas privadas, esta es una elección del alma de los padres y del alma de ese bebé que los escoge. Muchas veces esos bebés llegan y hacen un “pare”. Nos hacen reconducir la vida. Lo recomendable en conflictos importantes es que si no se trabajaron antes, es mejor dejarlos quietos hasta que llegue el bebé. Pero eso depende de la pareja, porque si deciden trabajarlo yo les remito a otro especialista.
En ese caso ¿las terapias complementarias en el embarazo vienen siendo una puerta interesante para trabajar esas situaciones que causan malestar?
—…para bien de los tres, porque a la final qué ocurre, todo lo que le sucede a la mamá le sucede al bebé; yo les digo a las embarazadas, no hay mejor confidente en tu vida que ese bebé que se está formando, él sabe lo que ocurre en tu pensamiento y en tus hormonas. Cuando te aceleras por cualquier emoción, tu sistema circulatorio se activa y esa influencia corre en nuestras venas con una mayor velocidad. Cuando estás sonriendo hay una hormona que se llama endorfina y él lo percibe. Todo lo que sucede, el bebé lo percibe tanto o más que la mujer. Yo siento que las terapias complementarias durante el embarazo es una mano derecha y una izquierda, una mano lava la otra y ambas lavan la cara.
Última recomendación para papás y mamás embarazados
—Cuando un bebé los escoge es un momento mágico, sagrado. Vivan el embarazo con todos sus cambios, si fue inesperado, díganle al bebé: ¡ya estás aquí, te vamos a querer! Respiren, todo lo que va a pasar pasará, llegará la aceptación y la alegría, pero agarraditos de la mano se les hará más fácil. A vivir la experiencia el día a día, y a confiar en ustedes mismos, en los bebés, en la pareja que escogieron, y confiar que la vida y la gente les apoya, las terapias complementaras son una ayuda que pueden tomarla cuando lo sientan necesario.
Mi oración final es “gracias por escogerme”, así debemos decirles a nuestros bebés
y las personas que comparten con nosotros. Gracias por escogerme, entre millones de personas tú me escogiste,
nosotros fuimos los escogidos, aunque ahorita estemos asustados, gracias.
Belkis Franco: Terapeuta Corporal, Facilitadora del Nacimiento, Doula, Consejera de Lactancia Materna, Terapeuta Floral, Mamá y Abuela.
Si tienes inquietudes en tu embarazo y no logras calmarlas, quieres tratarlas con terapias complementarias, puedes solicita conversar con nuestras asesoras de parto, están dispuestas escucharte amorosamente y orientarte en esta etapa que merece ser disfrutada.
Conoce más de Belkis en este enlace.
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